No es un adiós, sino un hasta pronto

- Como cada año, México se vistió de colores, olores y sabores para honrar a la muerte

Cada etapa tiene un principio y un final. Y así como agua entre las manos, se escapa la celebración azteca del “Día de Muertos”. La festividad que rinde homenaje a los recuerdos dejó en claro una vez más que el olvido no es opción. 

La ofrenda que se tiñe de colores gracias a las calaveras de azúcar, el pan de muerto, entre otros adornos, es el vínculo y puente del recuerdo vivo de la inesperada visita del más allá.

Entre los caminos de pétalos con olor a cempasúchil y copal, México volvió a demostrar su belleza cultural. En Xalapa resonaron historias como la de una diseñadora de almas que apasionadamente convierte tejidos en obras de arte. 

Asimismo, recorriendo las calles de la capital veracruzana entre luces y sombras con los ecos de una luna brillante y contando leyendas durante la penumbra silenciosa, esta temporada de otoño se tornó susurrante.

Festejando la vida, respetando a la muerte y en “Celebrando Juntos” se espera volver a verte.

Por: Alejandro Alemán Ortiz